Integración y educación especial en Chile
Crear condiciones para atender a la diversidad de los estudiantes, sin importar condición física o sicológica es el sueño de la escuela integrada.
En Chile, jardines infantiles y colegios que siguen la pedagogía Montessori han sido pioneros de integración y, poco a poco, otros colegios comienzan a seguir sus pasos.
Si embargo queda todavía mucho por hacer. ¿Cómo integrar a niños y niñas con discapacidad auditiva, visual o motora? a una sala de clases con niños que no tienen ese tipo de problemas? ¿es posible trabajar en un mismo espacio con niños con síndrome de Down o autismo?
La experiencia del Colegio Francisco de Miranda da algunas pistas. Hace cuatro años ese establecimiento de la comuna de Peñalolén en Santiago decidió integrar a sus aulas a estudiantes con necesidades educativas especiales, previa consulta a la comunidad educativa. Hoy conviven de igual a igual alumnos regulares junto a compañeros con síndrome de Down y otras discapacidades físicas o mentales.
Demostrando el amplio interés que existe sobre la educación especial, el pasado 5 de noviembre más de 200 profesores asistieron al Tercer Seminario de Educación Diferencial de la Región Metropolitana, cuyo eje central fue la reflexión sobre los aportes de la computación a la educación e integración.
En la jornada organizada por la Universidad Diego Portales, el Centro de Educación Diferencial "Armonía" y la Escuela de Lenguaje "San Clemente" se presentaron ocho ponencias de profesores de escuelas de integración con distintas necesidades educativas especiales y dos conferencias que trataron la situación de la integración en Chile y las adecuaciones curriculares en las distintas capacidades.
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